Estoy creando una estrategia para evitar que te vayas.
No he empezado lo confieso. Ni tengo previsto empezar.
Y me sigues hablando desde la cama y tu cepillo sigue en mi baño.
Pero voy a crear una estrategia para evitar que te vayas porque sé que te vas a ir.
Y cuando la tenga ya te habrás ido.
Y sé también que no servirá para que vuelvas.
Que no vas a volver.
Lo sé porque no me lo dices. Lo sé porque no lo vamos a hablar. Lo sé porque incluso yo, que quiero guardarte, te prefiero soltar.
Por eso voy a hacer una estrategia para evitar que te vayas, pero tarde,
cuando ya no sepa de ti.
No para hacer que vuelvas.
No para conseguir que te quedes.
Solo por el consuelo de pensar que de haberla empezado a tiempo,
aún estarías aquí.
I. Miranda
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